lunes, 8 de julio de 2013

El Arte Visigodo en la Península Iberica

Por Florentino Fernandez Botana




A
NTECEDENTES HISTÓRICOS.- En el año 395, al fallecer el emperador Teodosio I el Grande, dejó a su hijo mayor Arcadio la parte oriental y a su hijo menor Honorio la parte occidental. El Imperio romano quedó dividido en dos.
Este hecho no tiene nada de raro, ya que anteriormente Diocleciano (284-305), viendo la imposibilidad de poder administrar todo el Imperio, nombró a otro emperador- su amigo Maximiano Hércules-, para que le ayudase en las tareas del estado y ambos nombraron un cesar o primer ministro para que les llevase los asuntos del gobierno -Galerio Maximiano y Constancio Cloro-, respectivamente, este último padre del gran emperador Constantino I el Grande.
Mas tarde al hacerse con la Púrpura Imperial, Constantino prosiguió la política administrativa de Diocleciano, dividiendo el Imperio en dos: el Oriental y el Occidental, pero no la prosiguió en la cuestión de la sucesión, que debía de ser según costumbre para los más dignos del Imperio, sustituyéndola por la sucesión hereditaria dividiendo el Imperio entre sus hijos, dejando a Constancio la parte Oriental y a Constante la parte Occidental.
Teodosio debió pensar que el Imperio romano era muy extenso para un solo emperador y lo dividió entre sus hijos y mientras la parte Oriental –IMPERIO ROMANO DE ORIENTE-, se mantendrá hasta el año 1453, fecha en la que los turcos conquistaron Constantinopla; el Imperio romano de Occidente se fue poco a poco debilitando, debido a la presión que sobre él ejercieron los pueblos germánicos de la parte septentrional de Europa, hasta su total desaparición el año 476.
Los últimos años del Imperio de Occidente estuvieron prácticamente gobernados por grandes generales, que elegían, destituían o asesinaban a los emperadores a su antojo, que se fueron convirtiendo en simples títeres de los generales. En este sentido destaca el general Racímelo que nombrado por el emperador Avito, se volvió contra él, obligándole a abdicar el año 456. También mandó ejecutar a Mejoriano el año 461 y probablemente a Severo III.
Ante estas circunstancias el año 467 cuando el Imperio romano de Occidente, se debatía por subsistir, el emperador de Oriente más poderoso, intervino en los asuntos internos del Imperio de Occidente, nombrando emperador a Artemio, que al no ser del agrado de Racimero, lo ejecutó. El general aceptó en cambio a Olibrio, impuesto también por el emperador de Oriente, al que no pudo ejecutar, por fallecer repentinamente el general de origen suevo Racimero, a los cuarenta días de subir al trono Olibrio. A los tres meses sin saber la causa Olibrio falleció y se proclamaron a la vez tres emperadores: Glicerio, Julio Nepos y Rómulo. El primero apoyado por Gunbodad, maestro de los soldados. El segundo proclamado emperador con la ayuda del emperador de Oriente, como legítimo sucesor de Antemio y el tercero Rómulo, nombrado por su padre el general Orestes, que en un principio estaba al frente de las tropas en las Galias y más tarde de las tropas bárbaras del Imperio en Italia.
Entablada la guerra civil entre ellos, la lucha fue muy breve, ya que el año 474 Glicerio al no poder contar con la ayuda de Gunbodad, fue derrotado por Nepos; a su vez Orestes vence a Nepos obligándole a abandonar Rabean y nombra emperador a su hijo.


En relación a la península Ibérica hay que tener en cuenta un hecho importante: la invasión desde la parte septentrional de Europa de los pueblos bárbaros: suevos, vándalos y alanos a la Península. El hecho arranca del año 409 cuando el general Geroncio se levanta en la Galia contra Constantino II y su hijo Constante. Los pueblos bárbaros aprovecharon la guerra civil de los romanos y en un segundo intento arribaron en la Península de acuerdo con el emperador Honorio. Los suevos ocuparon Galicia, los alanos la Lusitana y los vándalos la Bética.
Con este panorama y con Rómulo como emperador, intentando ser reconocido por Oriente aparece Odoacro, rey de los hérulos (germánico) y guarda personal suyo, se subleva y declara la guerra a Rómulo y a su padre Orestes, al que vence y asesina, perdona la vida a Rómulo Augustulo, encerrándolo en el castillo de Lucullana, en donde murió más tarde y se hace coronar rey de Italia, dando fin al Imperio romano de Occidente en septiembre del año 476.

Poco le duró la alegría a Odoacro, ya que el emperador de Oriente Zenón (También bárbaro) desconfiando de Odoacro, envió a Ravena a su comisario imperial Teodorico I, que lo asesinó en el curso de una cena. A Zenón tampoco le salió bien lo que deseaba ya que Teodorico, muerto Odoacro se estableció en Rávena como emperador de Occidente y le costaría más tarde diez años a Justiniano derrocarlo. Es curioso que Roma fundada el año 753 antes de Cristo por Rómulo, termine el año 476 después de Cristo, con un emperador cuyo nombre era el mismo que el del fundador, 1229 años después de la fundación de Roma y 146 años desde que Constantino trasladara la capital de Roma a Constantinopla.
Lo mismo ocurrió en el año 1453 con Constantinopla, cuando fue conquistada por los turcos, el nombre del último emperador Constantino XII, coincidía con el nombre del fundador Constantino I. De ahí que los habitantes de la ciudad temían que el ciclo vital de la ciudad se cerrase como había ocurrido con Roma.

Este fue el fin del Imperio romano de Occidente; pero la verdadera decadencia y la causa de su desaparición arrancan con la muerte del emperador Teodosio I, a partir de su fallecimiento, con el poder de sus sucesores disminuido, los visigodos cansados de la tutela del emperador, proclamaron rey a Alarico I que inmediatamente se dispuso a conquistar tierras en donde establecerse.
Las invasiones germánicas sobre el Imperio romano, en general respondían a una necesidad de carácter social y económico, producida por el constante aumento de la población germánica, que al no disponer de bastante territorio para sobrevivir, iniciaron una emigración en masa, en busca de nuevas tierras en donde establecerse. Los visigodos no se propusieron la destrucción del Imperio romano, con menor cultura que los romanos, asimilaron y respetaron su cultura, sus costumbres y su arte.


El fin de todos ellos fue muy distinto, ya que mientras los alanos fueron derrotados por los visigodos; los vándalos emigraron al Norte de África y los suevos se unieron a los visigodos en tiempos del monarca Recaredo I, al conseguir este la unidad espiritual de todos los hispanos.
Los vándalos fueron luego expulsados del norte de África por los bizantinos, en tiempos del emperador Justiniano (527-567), que habían llegado a la Península, llamados por el noble Atanagildo en su lucha con el monarca Ágila.
Este hecho va a tener gran trascendencia desde el punto de vista artístico, ya que con ello no solo se introduce en la Hispania el arte  bizantino, sino que los bizantinos asimilan el arte paleocristiano de Extremo Oriente, y lo transmiten al reino Visigodo de la Península.
El origen del pueblo visigodo como los demás bárbaros que invadieron la península Ibérica, está en la Germánica. En el siglo III después de Cristo, se van constituyendo tribus bien organizadas germánicas (visigodos, ostrogodos, vándalos, alanos burgundios y suevos ), así como algún que otro pueblo que no instigó al Imperio romano, a los que había que añadir al pueblo Huno, cuyos habitantes situados en Europa más hacia Oriente, que también invadieron al Imperio.

Los romanos a todos estos pueblos los denominaban BÁRBAROS DEL NORTE, por su escasa cultura y por hallarse situados al norte de sus fronteras.
Fueron los bárbaros los que terminaron con el Imperio romano de Occidente el año 476, al proclamarse Odoacro rey de Italia. A partir de esa fecha el Imperio de Occidente se escindió en una serie de estados bajo dinastías hereditarias, algunas de ellas reconociendo la autoridad del emperador de Oriente.
Entre los que no reconocían la autoridad del Emperador de Oriente, estaban los visigodos, que son los que invaden la península Ibérica romana, fundando el REINO VISIGODO HISPANO.
En un principio todos los bárbaros invadieron el Imperio, al ser menos numerosos (un millón de bárbaros contra cincuenta millones de romanos), estos los fueron conteniendo fuera de sus fronteras, pero la debilidad de los emperadores de Roma, fue la causa de que los visigodos intenten conquistar Italia con su monarca Alarico al frente, que había sabido dar a su pueblo cierta unidad, con el fin de buscar un territorio en donde establecerse.
La guerra civil entre los monarcas visigodos Atanarico y Fritigern, hizo que retrasasen la idea de invadir Italia y de acuerdo con el emperador Valentiano I (364-375) y de su hermano Valente, que había sido nombrado augusto por aquel de la parte Oriental del Imperio, los visigodos se instalaron en la región de la Tracia, sin mucho problema para el Imperio. La violencia que desataron contra ellos los romanos, fue el motivo de que los visigodos con su monarca Alarico invadieran la parte Oriental del Imperio y en la batalla de Adrianópolis acabasen con la vida de Valente el año 378.
Al revestir la Púrpura Imperial Teodosio I el grande, a pesar de sus grandes dotes político- militares, no pudo someter del todo a los visigodos y optó por hacer la paz con ellos, otorgándole las regiones de la Tracia y de la Mesia, además de ofrecerle cierta participación en su gobierno.
A la muerte de Teodosio, los visigodos cansados de la tutela de su sucesor Honorio, proclamaron rey a Alarico, que se dispuso a conquistar tierras en donde establecer a los suyos, atacando Constantinopla y varias ciudades de Grecia, que además de conquistarlas las saquean. Desde Italia marchó contra ellos el general de Honorio, Estilicón, que con gran talento político –militar los vence sin mucha dificultad y para impedir nuevas revueltas prefirió pactar con ellos, ofreciéndole la región de Iliria para que se estableciesen con carácter de aliados de Roma.
Alarico, no conformándose con lo ofrecido por Estilicón, invade Italia llegando hasta las puertas de Milán y de nuevo va a ser Estilicón el que salve a Roma en las batallas de Pollentia y de Verona.
Estilicón general de Teodosio, por mandato de este ejerció de tutor de su segundo hijo Honorio, al recibir de su padre la parte Occidental del Imperio, siendo menor de edad con solo once años. Aunque en teoría era el tutor y general de Honorio, por la debilidad de Arcadio ejerció la tutela de los dos hermanos y de las dos partes del Imperio en que había quedado dividido. Influyó mucho sobre arcadio para que asesinase a su tutor Rufino, el Prefecto Pretoriano que dirigía en un principio su política, ya que este había entablado una disputa con Estilicón por la hegemonía de todo el Imperio. La muerte de Rufino dejó el poder de Arcadio en manos de su esposa Eudoxia, Gainas el Godo y finalmente en manos del Prefecto Antemio, que no le ofrecía mucho problema, para que Estilicón llevase a cabo su proyecto, que no era otro que la REUNIFICACIÓN DE TODO EL IMPERIO.
El problema radicaba en que el territorio de Iliria, muy rico en minas de plata, había quedado en poder de Oriente, al otorgárselo Estilicón a los visigodos, creó cierta envidia en Constantinopla, y los gobernantes de Arcadio enviaron a Alarico a luchar a Italia contra Estilicón. El resultado de todo ello fue que Arcadio mandase asesinar a Rufino, por orden de Estilicón, este además de vencer a los visigodos y mantener el Imperio Occidental por cierto tiempo, extendió su hegemonía por las dos partes del Imperio, que era a lo que aspiraba Rufino.
Estilicón era uno de los mayores terratenientes de Italia, además de estar mal visto por los gobernantes de Arcadio, ya que continuamente se entrometía en sus asuntos, tuvo también el error de que el año 406 al invadir los alanos, vándalos y suevos las Galias, fuesen atraídos por Estilicón para que se asentaran en la Península, con la idea de nombrar a su hijo Eucher emperador. Más tarde el año 408 la traición fuese descubierta y padre e hijo fueron ejecutados.
La muerte de Estilicón la aprovecha Alarico para invadir de nuevo a Italia, llegando a sitiar y ocupar Roma el año 410, saqueándola y llevando como motín de guerra a la hermana de Honorio, Gala Placidia.
El mismo año fallece Alarico sin poder hacerse con la Púrpura Imperial Romana. Le sucede su cuñado Ataulfo, gran caudillo, que al no poder consolidar Italia, ya que Honorio se había hecho fuerte con su general Constancio, prefirió retirarse, llevando como prisionera a Gala Placidia y de acuerdo con el emperador Honorio, para que le facilitase tierras en donde situar a su pueblo (unos cien mil visigodos de los cuales veinte mil eran guerreros), se trasladó atravesando los Alpes a la Galia ocupando la parte meridional de aquella región, en donde fijó su capital en Tolosa, que perduró como capital de los visigodos hasta el año 507.
Después de apoderarse de otras ciudades galas como Carbona y Burdeos y de contraer matrimonio con Gala Placidia; Ataulfo deseaba tener buena amistad con Honorio y aunque se autoproclamó representante del poder imperial por el citado matrimonio. Honorio no veía con buenos ojos los triunfos de Ataulfo y su general Constancio que también pretendía la mano de su hermana Gala, con la que se desposó una vez muerto Ataulfo; envió una armada contra los visigodos, bloqueándole los puertos meridionales de la Galia privándoles de los recursos para subsistir y Ataulfo, de acuerdo con su esposa, que no deseaba más contenciosos con su hermano, cruzó los Pirineos ocupando la Tarraconense romana sin oposición  alguna, que agregó a su reino de Tolosa.
De los reyes visigodos que tuvieron algo importante que ver en el mantenimiento del Reino Visigodo Hispano, durante los 300 años de existencia, hay que citar a los siguientes:




WALIA, (415-418) sucedió a Ataulfo el año 415, unido a Roma como federado, venció a los suevos, vándalos y alanos en la península Ibérica y aseguró la ciudad de Tolosa como capital de su reino.
TEODORICO I, (418-451), se enfrentó a Atila formando parte de una coalición de galos y otros bárbaros, y aunque todos ellos lo vencieron en los Campos Cataláunicos, el monarca perdió allí la vida.
TEODORICO II, (453-466) venció a los suevos en la península Ibérica y a los burgundios, que se habían situado en la parte sur de la Galia.
ALARICO II, (484-507) fue el gran monarca visigodo, obra suya fue el BREVIARIO que lleva su nombre, con el que impartió justicia. Tuvo la desgracia de encontrarse con el monarca franco Clodoveo, que con la ayuda de la Santa Sede, ciudad tras ciudad conquistó toda la Galia y por supuesto al reino visigodo. Aunque Alarico luchó con todas sus fuerzas fue vencido en la batalla de Vouillé, perdiendo el reino de Tolosa y la vida. El reino visigodo quedó desde entonces reducido a la parte que habían conquistado en la península Ibérica.
GELALEICO, (507-511) Fue el que llevó a su pueblo a establecerse definitivamente el la Hispania el año 507, iniciando lo que sería el REINO VISIGODO HISPANO, con la capital en un principio en Barcelona, trasladada posteriormente a Mérida y definitivamente a Toledo, a medida que fueron conquistando la mayor parte del territorio de la península Ibérica.
TEUDIS, (531-548) Llevó la capital a Mérida, tuvo serios problemas con sus hermanos de raza: LOS OSTROGODOS, que aunque se habían fraccionado de los visigodos, dirigiéndose hacia Oriente. Apoyados por el emperador Zenón, se entrometieron en los asuntos internos de los visigodos, por no aceptar estos la supremacía jurídica del emperador de Oriente en un principio, y más tarde al no aceptar la restauración del Imperio romano de Occidente, impuesto por el monarca ostrogodo Teodorico I el Malo, que al asentarse en Rávena y asesinar a Odoacro, intentaba restaurar el Imperio de Occidente a base de una confederación de los reyes bárbaros- germánicos que se habían asentado en las provincias occidentales del antiguo Imperio Romano, no lo consiguió por ser arriano y no tener por esta circunstancia el apoyo de la SANTA SEDE DE ROMA. Aun así le costó a Justiniano al reunificar el Imperio occidental, diez años para poder derrotarlo y que la península Itálica volviese al seno del Imperio romano.

AGILA, (549-554) Persiguió de tal manera a los hispanos romanos sobre todo a los cristianos, que hizo que se levantase contra él, el noble Atanagildo, que se puso al lado de los cristianos y de los visigodos descontentos, como contaba con un ejército inferior al del rey, cometió el error de pedir ayuda a los bizantinos. La confrontación adquirió un carácter religioso y el emperador Justiniano, aprovechó la ocasión para hacerse con una parte de la Península, que era lo que buscaba. Atanagildo con la ayuda imperial se hizo con el poder, pero pagó cara su imprudencia, pues terminada la contienda, se le hizo imposible expulsar de la Península a los imperiales, que ocuparon la parte meridional del territorio hispano hasta finales del año 621. Atanagildo al proclamarse rey, trasladó la capital definitivamente a Toledo.
LEOVIGILDO, (565-586) atrajo al reino suevo que ocupaba la parte noroeste de la Península, a su reino y promulgó el CODEX REVISUS.
RECAREDO, (586-601), Durante su reinado, el año 589 el pueblo visigodo dejó de ser arriano y se convirtió al cristianismo de Roma.
SISEBUTO, (612-621) Luchó con todas sus fuerzas para expulsar de la Península a los bizantinos, venciendo al general del emperador Heraclio, Cesáreo. Entabladas las negociaciones los bizantinos le entregaron los territorios ocupados pacíficamente. Como los visigodos ya se habían convertido y a las luchas entre ellos se la daba un carácter religioso, ya no era necesario mantener discordias entre ellos, al ser todos cristianos. Durante su reinado convocó el IV concilio de Toledo.
SUINTILA, (621-631) al subir al trono, se hicieron los intercambios del poder de los bizantinos a los visigodos, consiguiendo así el control de toda la península Ibérica.
RECISVINTO, (653-672) fue el rey más culto de todos los reyes visigodos, a él se debe el LIBER LUDICIORUM –Código legislativo visigodo.
D. RODRIGO, (710-711) fue el último rey visigodo al ser derrotado por los musulmanes en la batalla del Guadalete, allí falleció y con ello se puso fin al reino Visigodo.
Para consolidar el reino Visigodo hispano, iniciado con el rey Gesaleico el año 511, los visigodos han de vencer a los alanos, que se habían asentado en la Lusitana y en la Cartaginesa; ver emigran a los vándalos al norte de África y posteriormente conseguida la unidad espiritual, integrar al reino Visigodo al pueblo suevo de Galicia y por último expulsar del territorio a los bizantinos.
Logrando la unidad espiritual de toda la península Ibérica el año 589, conquistada política y territorialmente, condición indispensable para la creación de un arte religioso cristiano, se inicia en la Península la cultura y el arte visigodo, en el primer tercio del siglo VII que se prolongará hasta la invasión árabe el año 711.
Las construcciones visigodas se inician a principios del siglo VII, una vez consolidado el reino Visigodo en la península Ibérica. Hasta esa fecha y con los visigodos en la Tarraconense Romana desde el año 415, se seguía construyendo en estilos paleocristiano y bizantino, debido a que al reino Visigodo, le costó varios años consolidar la Península, tanto territorialmente como desde el punto de vista político, social y religioso.
De las vivencias visigodas derivan las influencias que reciben y asimilan para edificar sus monumentos.
De su relación con los romanos antes de su asentamiento en la Península, asimilaron el arte romano cristiano.
De su relación con los bizantinos con la llegada de estos a la Península, no solo asimilaron el arte bizantino, sino que al conquistar los bizantinos el norte de África a los vándalos, permitieron que las influencias paleocristianas de Oriente, llegasen a la Península y se plasmasen luego en las construcciones visigodas.
Desde el punto de vista cultural y artístico, la presencia de los bizantinos en la península Ibérica, les vino muy bien a los visigodos, pero les fue muy negativo en lo que respecta a lo político militar, ya que a los visigodos les costó casi un siglo expulsarlos de la Hispania.
Un hecho muy importante del reino visigodo fue su conversación al cristianismo en el año 589, que supuso que toda la Península quedase practicando la misma religión. Justiniano al reunificar el Imperio romano territorial y políticamente, reunifica también a la iglesia de Roma, y desaparecido el arrianismo que practicaban los visigodos, el emperador acabó también con el arrianismo de los demás bárbaros asentados en el Imperio occidental.
Esto no quiere decir que los visigodos convertidos al cristianismo, se inspiren totalmente en el arte paleocristiano y bizantino al construir sus monumentos, sino que van a tener muy en cuenta, el arte germánico de su lugar de origen y el arte indígena hispano, que construían los indígenas hispanos, antes del florecimiento del arte romano pagano en la Península.
Con estos antecedentes, nos vamos a encontrar a principios del siglo VII, fecha en que se inicia el arte visigodo, con una península Ibérica ocupada por los “indígenas hispanos”, extendidos por la mayor parte del territorio hispano cristianizado por los discípulos de Jesús; con los romanos y sus descendientes cristianizados, tras el reconocimiento de la iglesia de roma por Constantino el Grande y por Teodosio el Grande los años 313 y 393; con el reino suevo ocupando la parte noroeste  de la Península, con un gran sentimiento cristiano y ya formando parte de la monarquía visigoda y con los bizantinos ocupando la parte suroeste de la Península, vencidos por Sisebuto, que al ser también cristianos. Se quedaron en nuestro territorio entremezclados con los visigodos y con los nativos, sin el menor problema religioso.
Hay que recordar que el arte paleocristiano tuvo su época de esplendor a partir del año 300 después de Cristo, que a pesar de de construirse en territorio ocupado por los romanos, su edificación no se terminó como el arte romano, al derrumbarse el Imperio de Occidente, sino que persistirá hasta el siglo VII, fundiéndose con las nuevas formas constructivas visigodas occidentales y con las construcciones bizantinas orientales.
Desde este contexto había que pensar, que el arte visigodo sustituyendo en la mayor parte del territorio hispano al arte paleocristiano, fuese una continuación de este, esto que en parte es cierto, no lo es tanto, si tenemos en cuenta que el arte paleocristiano era universal y de diferente estructura de unas regiones a otras, dependiendo siempre de la provincia del Imperio en donde se construía, y la monarquía visigoda aún siguiendo los modelos cristianos, supo asimilar otras fuertes influencias de las diversas tribus hispanas, de la cultura greco-romana y del arte germánico, lugar de procedencia tanto de los suevos como de los mismos visigodos, y sobre todo del arte bizantino que por entonces construía con gran esplendor el emperador Justiniano.


Podemos decir por lo tanto que el ARTE VISIGODO, las mayores influencias las va a recibir del arte paleocristiano universal de procedencia oriental y del norte de África. Volvemos a repetir una vez más, que en ello tuvo mucho que ver, el asentamiento de los bizantinos en el norte de África y en Italia a finales del siglo VI, al reunificar Justiniano el antiguo IMPERIO ROMANO, con ello se permitió que los influjos culturales y artísticos que llagaban de Extremo Oriente, primero los asimilan y conservan los bizantinos y posteriormente los transmiten al arte visigodo.
Conseguida la unidad político-religiosa, a finales del siglo VI, y posteriormente la unidad territorial a principios del siglo VII, con todos los hispanos unidos bajo la monarquía visigoda, se van a dar las condiciones necesarias para que se inicie en la península Ibérica el ARTE VISIGODO.
Desaparecido el Imperio romano en la península Ibérica, los visigodos y los indígenas hispanos sienten la necesidad de resurgir el arte indígena, que prácticamente desaparecido en la época de florecimiento del Imperio, va a revivir ahora gracias a la poderosa aportación del Cristianismo, llegando a imponer su sentimiento ornamental como era la LÍNEA y abandonando en un principio el motivo vegetal romano, ya que la línea, el círculo y sobre todo las CRUCES se prestaban mejor al sentir de la nueva religión.
A este factor indígena autóctono hay que añadir otro factor también autóctono: El GERMANISMO, propio del lugar de procedencia tanto del pueblo visigodo como del pueblo suevo y todo lo que le aporta el cristianismo de Oriente, del Norte de África y de Bizancio.
Por todo ello, nos vamos a encontrar con un arte caracterizado por una gran pobreza y modestia constructiva, adornado con una serie de elementos ornamentales fruto de las influencias recibidas., confluyendo elementos nórdicos germánicos con otros autóctonos hispanos.
Las mayores influencias las va a recibir del arte paleocristiano universal de procedencia oriental y del Norte de África.
De su relación con los romanos antes de su asentamiento en la Península, asimilaron el arte romano cristiano y de su relación con los bizantinos con la llegada de éstos a la Península para auxiliar al noble Atanagildo contra el malvado monarca visigodo Ágila, no solo asimilaron el arte bizantino sino que al conquistar los bizantinos el Norte de África a los vándalos, permitieron que las influencias paleocristianas de Oriente llegaran a la Península y se plasmasen luego en el arte visigodo.
 Desde el punto de vista cultural y artístico, a los visigodos les vino muy bien la presencia de los bizantinos en la península Ibérica, pero no les vino también desde el punto de vista político-militar ya que a los visigodos les costó casi un siglo expulsarlos del territorio hispano, (lo hizo el monarca Sisebuto el año 621), aunque por ser todos cristianos la entrega del poder bizantino a los visigodos fue pacífica.
En un principio en el arte visigodo no existía prácticamente representación alguna de la naturaleza, giraba en torno a la línea, al punto, a la línea curva, al círculo, a la espiral y algún que otro adorno como la cruces. A medida que evoluciona cronológicamente va introduciendo poco a poco el motivo vegetal romano compuesto por roleos, rosetas con pétalos, hojas y racimos pasando por la rueda giratoria y la turbina, de influencia cristiana oriental y bizantina.
Ya en época más avanzada a finales del siglo VII y principios del VIII, ya observamos aves y cuadrúpedos inscritos en círculos de origen bizantino, figuras humanas y geométricas de influencia cristiana como se aprecia en la iglesia de San Pedro de la Nave (Zamora).
Figuras también se aprecian en la ermita de Quintanilla de las Viñas (Burgos) con el Salvador y la Virgen, lo mismo que el sol y la luna como figuras celestes que aparecen inscritas en círculos sujetados por ángeles.

C
ARACTERÍSTICAS CONSTRUCTIVAS ARQUITECTÓNICAS.- 1º) Los MUROS están compuestos por sillares bien labrados y encuadrados, aunque en algunas iglesias más antiguas y poco significativas, se emplea el sillarejo rematando los esquínales con sillería.

  2º) Las COLUMNAS empleadas son de fuste liso algunas aprovechadas de los edificios romanos y reutilizadas por los visigodos, también se emplean los pilares cuadrados y las pilastras coronadas con capiteles, de todas las maneras el pilar cuadrado de influencia paleocristiana es poco utilizado.
  3º) Los CAPITELES empleados son de tipo corintio clásico con una o dos hojas de acanto sin caulículos y marcando bien los nervios de las hojas, el capitel corintio que más se usa es el de tradición romana, e incluso se aprovechan los romanos como podemos apreciar en la iglesia de San Juan de Baños, o siguiendo la tradición griega en forma de cono invertido con dos filas de hojas de acanto -iglesia de Santa Comba de Bande-.
En las iglesias más tardías como en la de San Pedro de la Nave, se utilizan ya capiteles figurados y con aves, en relación con el arte paleocristiano de Siria.
Sobre el capitel se coloca un gran ábaco, que se asemeja más a un cimacio, en forma de cono invertido y decorados con cruces o con motivos vegetales y geométricos de clara influencia bizantina.
 4º) las BÓVEDAS más usadas son las de medio cañón o de medio cañón con tendencia a la forma de herradura, también solían emplear las de arista. No colocaban arcos fajones ni contrafuertes, aunque en las construcciones paleocristianas orientales si que los usaban para contrarrestar el empuje de los muros. Algunas iglesias emplean bóvedas armaduras de madera a dos aguas en la nave central y a una vertiente en las naves laterales, siguiendo la tradición romana y paleocristiana.
 5º) El ARCO más empleado es el de herradura, de influencia oriental sobre todo de Asia Menor. Raramente utilizan el de medio punto y el de mitra.

En relación a las plantas se reducen a dos tipos: 1º.- PLANTA BASILICAL, siguiendo la tradición paleocristiana (similar a la Cruz en que fue crucificado Cristo), de una o tres naves en este caso más alta la central que las laterales, cubiertas con armadura de madera o con las mencionadas bóvedas. Se iluminan según el arte cristiano. Iglesias con planta basilical están la de San Juan de Baños (Palencia), los restos encontrados de una iglesia visigoda en el claustro del monasterio de San Cugat del Valles (Cataluña) y los restos hallados de una iglesia visigoda en la ciudad romana de Segóbriga (Castilla la Mancha), se trataba de iglesia con esta planta.
La cabecera suele ser rectangular o rectangulares si presentan más de un ábside y se cubren con bóvedas siguiendo las construcciones paleocristianas del Norte de África.
2º.- PLANTA CRUCIFORME, en forma de cruz griega, con los brazos más o menos iguales, su origen es paleocristiano similar a la Cruz del estandarte o Lábaro de Constantino, (cruz aspada). Se suelen cubrir con bóvedas y sobre el crucero se sitúa una CÚPULA de tradición romana y bizantina, es uno de los elementos más importantes del edificio romano y bizantino.
La cabecera compuesta generalmente de un ábside, nos muestra planta rectangular tanto al exterior como por el interior  en casos aislados su interior puede presentar la forma de herradura, ultra semicircular y hasta semicircular, como ya se apreciaban en algún que otro edificio paleocristiano.
Algunas iglesias disponen de pórticos en el frontispicio siguiendo los modelos sirios, y a veces a los pies del templo existen vestigios de la adición de dos cámaras laterales, que se pueden comunicar con el interior del templo o solo acceder a ellas desde el exterior.
Los ventanales visigodos pueden ser simples con arco de herradura y derrame interior, cerrando la luz con celosías de mármol o alabastro, arcos y jambas suelen estar construidos en un solo gran sillar, pero a veces son dobles o triples y entonces presentan ajimeces centrales compuestos de una columnilla cilíndrica ,  o de sección prismática con basas y capiteles geométricos.
Los ventanales de las cabeceras pueden presentar arcos de medio punto en vez de herradura, también pueden ser dintelados o incluso en forma de aspillera.
Las puertas suelen presentar arcos de herradura o de medio punto, en algunos casos como en San Pedro de la Nave o en Quintanilla de las viñas son dintelados, con dintel simple o con dinteles esculpidos con un friso de roleos, racimos y flores.
Edificios con planta en forma de cruz griega tenemos la iglesia de Santa Comba de Bande (Orense), la iglesia de San Pedro de la Nave (Zamora) y la ermita de Quintanilla de las Viñas (Burgos).
La iglesia de Santa Comba de Bande, está situada en la provincia de Orense muy cerca de Portugal, con la particularidad de que sus bóvedas se construyeron empleando ladrillo romano reutilizado, procedente de una tejería romana hallada en las cercanías de la aldea.
La iglesia de San Pedro de la Nave, situada en las cercanías de Zamora, presenta un brazo de mayor longitud u dos naves laterales paralelas a dicho brazo. Esta iglesia está considerada como la más importante de las construidas en estilo visigodo, no solo por su arquitectura sino también por su escultura interior, la más evolucionada del arte visigodo, con capiteles esculpidos con figuras y aves, siguiendo la tradición paleocristiana. Esto llevó consigo a que muchos autores la catalogaran como de factura posterior y la incluían dentro de las iglesias de estilo asturiano, hasta que D. Manuel Gómez Moreno, pusiese las bases para que se aceptase como visigoda.
Iglesias completas solo perduran la de San Juan de Baños y estas dos, luego están la cabecera de la que pudo ser la Iglesia de Quintanilla de las Viñas, situada en la provincia de Burgos, que por las excavaciones llevadas a cabo, tendría planta de cruz griega.
La Cabecera de la Cripta de la catedral de Palencia, y algún que otro resto repartido por las provincias de la comunidad de Castilla la Mancha y alguna ermita en la comunidad de Castilla y León.

I
GLESIA DE SAN JUAN DE BAÑOS.- Situada en la pequeña población de Baños del Cerrato a unos l5 Kms. de la ciudad de Palencia, al lado de una fuente también de o rigen visigodo.

Los musulmanes a medida que iban invadiendo la Península desde el sur hacia el norte, destruían toda iglesia cristiana que encontraban a su paso, algunas, por una u otra causa que desconocemos se mantuvieron en pie, como esta de Baños, hasta nuestros días.
Es una de las pocas iglesia visigodas que además de estar bien conservada (algún elemento es de posterior factura), esta también documentada pudiendo así conocer la fecha de su construcción, gracias a la inscripción de una lápida situada sobre el arco de triunfo, que nos dice: fue construida el año 66l, siendo rey visigodo RECISVINTO (653-672), dedicada al mártir San Juan Bautista.
La iglesia sufrió alguna que otra modificación que afectó sobre todo a la cabecera, hoy en dia un tanto mutilada, ya que la planta basilical que presenta con tres naves y triple cabecera, se debe a una remodelación tal vez del siglo XIII.
Antes de esa fecha como se pudo comprobar con las excavaciones llevadas a cabo, la planta tenia forma de T mayúscula, pues las naves laterales al llegar al hipotético crucero se prolongaban en escuadra al exterior y al frente creando dos salas laterales o ábsides laterales de planta rectangular rematadas con testero recto y a la misma altura que el ábside central.
            La cabecera quedaba por lo tanto configurada con un ábside central de planta cuadrangular, dos ábsides laterales rectangulares y un espacio a cada lado del ábside central entre este y los ábsides laterales de la misma anchura que las naves laterales, abiertos al exterior por el testero y cerrados a la altura de los
 Hipotéticos arcos de triunfo de las naves laterales.
            En la actualidad se perdieron los dos ábsides laterales originales y se prolongaron las naves laterales por los espacios libres que existían entre los ábsides, componiendo así una iglesia de planta basilical, más funcional sin recodos ni salientes al adaptar dichos espacios libres en función de ábsides laterales.
El valor artístico y la belleza reside en el interior del edificio reutilizando columnas romanas de mármol y capiteles romanos y de tradición greco-romanos, crean un interior que maravilla a todo aquel que lo observa.

La cabecera se compone de un ábside central cuadrangular a la que se accede por un arco de herradura y se cubre con bóveda de cañón corrido, con una aspillera en el testero para iluminar su interior, tanto el arco como la bóveda arrancan de una imposta decorada con pétalos similar a la decoración del friso alto que recorre todo el muro del edificio.
De dos ábsides laterales de planta rectangular que se abren directamente a las naves laterales
Que se cubren con bóvedas de crucería simple, fruto de la mencionada remodelación.
Sobre el arco de triunfo se sitúa la lapida con la fecha de la erección del templo, sostenida por cuatro canecillos en forma de concha simbolizando el Bautismo, desde esa fecha ya eran cristianos aunque oficialmente en la Península ya lo eran desde  el año 589. Debajo de la rosca del arco se sitúa una cruz relacionada con el tema.
Las tres naves se cubren hoy en día con techumbre de madera, a dos aguas en la nave central y a una vertiente en las laterales, siguiendo la original cubierta que presentaba el edificio. Están deslindadas por cuatro arcos de herradura a cada lado apoyados en columnas monolíticas de mármol, todas son las originales pero no todas tienen el mismo volumen, siete pertenecen al siglo III después de Cristo, reutilizadas de edificios romanos anteriores y una ( la última de la fila septentrional ) es del siglo VII de factura visigoda.
De los capiteles que coronan a las columnas, todos son los originales de la primitiva construcción, tres de ellos (los primeros de cada lado y el último del lado meridional, apeado sobre una columna de menor grosor) son romanos del siglo III después de Cristo, reutilizados. Los cinco restantes son del siglo VII esculpidos siguiendo la tradición del capitel corintio romano.
Exteriormente la iglesia presenta un pórtico en el frontispicio cerrado al  que se accede por una sencilla puerta con arco de herradura apoyado sobre rudas jambas por medio de gruesas ménsulas decorada, portando la cruz visigoda en la clave.
El pórtico se remata en lo alto con una espadaña, rehecha en una restauración llevada acabo en el siglo XIX, con materiales aprovechados del edificio ( ábsides perdidos  ),siguiendo la factura visigoda original con un arco de herradura rematando el vano que se inscribe en la espadaña.

El pórtico o narthex se comunicaba con el interior del edificio por medio de una ventana, en vez de la puerta actual. Su planta pudo muy bien ser modificada a lo largo de los siglos, probablemente fuese mas amplia.


I
GLESIA DE SANTA COMBA DE BANDE.- Se encuentra situada a unos diez kilómetros al sur de la población de Bande (partido judicial de Celanova), siguiendo la carretera general que desde Orense nos lleva a Viana do Castelo (Portugal), en la orilla derecha del embalse de las Conchas del río Limia, media oculta en medio de las casas de la aldea de Fanos.

Está dedicada a San Torcuato, según la tradición los cristianos de Guadix, huyendo de la invasión musulmana, trajeron consigo el cuerpo del Santo que depositaron en esta aldea y en su honor los visigodos levantaron la iglesia. Se libró de ser destruida por los árabes tal vez por su situación, ya que muchas aldeas de Galicia, nunca fueron conquistadas por los musulmanes y sobre todo por el aspecto exterior que pasa muy bien desapercibida entre los demás edificios de la aldea. Nadie se imagina que es una iglesia hasta llegar al pie del edificio.
No se sabe a ciencia cierta sobre que año se construyó, se cree que fue a finales del siglo VII, basándose en una leyenda del siglo X, que nos viene a decir que el año 872, Odorio, repoblador a comienzos de la reconquista de los territorios del sur de la provincia de Orense, concedió a su primo Odoyno, una villa a orillas del río Limia, en la que existían construidas doscientos años antes dos iglesias, una de las cuales se le conocía con el nombre de Santa Comba.




La iglesia se adapta muy bien a las iglesias visigodas con planta en forma de CRUZ GRIEGA, con los cuatro brazos cubiertos con bóvedas de medio cañón con tendencia a la herradura, construidas con ladrillo romano aprovechado de construcciones romanas cercanas o de alguna tejería romana.
En el crucero se disponen cuatro robustos arcos de herradura sobre los que se alza la CÚPULA esférica, cuya bóveda arranca en la intersección de los ángulos de los arcos de una bellísima cenefa de trenza. La presencia de esta faja que no se empleaba en el arte visigodo y si en el arte pre-románico, nos indica, que la iglesia pudo sufrir alguna que otra reconstrucción en época posterior.
Otra moldura similar recorre todos los muros del edificio a la altura del arranque de los arcos torales.
Sobre estos arcos torales y bajo los muros que configuran la cúpula, se abre un ventanal en cada uno de los cuatro lados con arcos de herradura y derrame interior, que iluminan esta parte del templo. El resto del interior recibe la iluminación a través de pequeños ventanales, situados en los muros de los testeros de los brazos norte y sur, en la actualidad están muy deteriorados y adulterados de posterior factura.
En el brazo oriental se sitúa la cabecera, a la que se accede a su interior a través de un robusto arco de herradura compuesto como los del crucero de gruesos sillares, se apoya en dos parejas de columnas con fustes de mármol, reutilizadas de las termas romanas de Bande, están coronadas a través de una imposta de trenzas, con capiteles corintios de factura visigoda con las dos filas de hojas de acanto de diferente forma. En una pareja se inspira en el corintio griego, mientras que en la otra son de tipo corintio romano-visigodo.
La cabecera lo mismo que los demás brazos se cubren con bóvedas de cañón que arrancan de una moldura de roleos y discos de pétalos.
Los muros de la cabecera están decorados con pinturas murales, que se prolongan por el intradós del arco de ingreso, muy mal conservadas por la humedad presente en todo el interior del edificio. Puede que sean renacentistas del siglo XVI o tal vez del siglo XVII.
Exteriormente presenta en el lado sur un pórtico añadido en el siglo XI o XVII y sobre él se levanta la espadaña con las campanas también de esa época.


I
GLESIA DE SAN PEDRO DE LA NAVE.- Es sin duda alguna el monumento visigodo más significativo construido en nuestro territorio. Su valor artístico radica en la escultura de su interior tanto en capiteles como en cimacios que los coronan y en las cenefas que la embellecen.

La iglesia estuvo muchos años olvidada en su primitivo emplazamiento en la orilla izquierda del río Esla. Encalada y con un aspecto ruinoso, hubiese quedado sumergida bajo las aguas al construirse la presa de Ricobayo, si no fuera por el interés que despertó a los especializados en arte, a la cabeza de los cuales hay que citar a D. Manuel Gómez Moreno, director por entonces de bellas artes, que la trasladaron a un lugar seguro, fuera del alcance de las aguas del pantano.
D. Manuel, fue el que la catalogó de VISIGODA. Anteriormente se tenía la creencia, que se trataba de una iglesia de estilo pre-románico asturiano de finales del siglo IX o principios del siglo X, por la similitud de su planta con las iglesias pre-románicas asturianas.
De lo construido en estilo visigodo en la Península, solo se conocían dos iglesia y la cabecera de otra, que se habían salvado de la destrucción árabe, a su paso hacia en norte al ir conquistando el territorio peninsular.
Con estos antecedentes, catalogar de visigoda a una iglesia a principios del siglo XX, no era nada fácil, teniendo en cuenta que su interior atesoraba escultura figurada en los capiteles, y por entonces existía la creencia, de que el capitel figurado era propio del románico y que ya estaba presente en algún edificio pre-románico asturiano  -palacio del Naranco.
A estas dificultades se unían otras, sobre todo a que no existían documentos que hicieran alusión al monumento. D. Manuel Gómez moreno, basándose en primer lugar, en su construcción con muy buena sillería, como venía a ser la norma en las iglesias visigodas; en segundo lugar, en las inscripciones presentes en los capiteles y en tercer lugar, en algún que otro elementos grabado; la catalogó como visigoda. Hoy en día nadie duda de su estilo: visigoda – tardía, de transición del arte visigodo al pre- románico, iniciada a finales del siglo VII o a principios del VIII.
Pudo ocurrir que la iglesia se iniciase antes de que los árabes llegaran a la Península, que pasase desapercibida por estos y que luego se terminara cuando los monarcas asturianos reconquistaron el territorio de la vertiente del río Duero –Alfonso III el Magno.
Suponemos esto sin documentos que lo atestigüen, debido a que la planta de la iglesia, se adapta a lo construido en el Imperio bizantino, en la segunda etapa de su arte, que también se construía en estilo de transición de las construcciones justinianas a las macedónicas.
Se podía deducir, aunque no hay nada escrito al respecto, de que fuese obra de algún maestro hispano-bizantino, relacionado con el arte del Imperio de Oriente, o por lo menos conocedor de lo que allí se edificaba.
Indagando en los archivos, aparecieron algunos documentos relacionados con la iglesia, y se pudo saber que Alfonso III, la donó en su día al cercano pueblo de Perdices, que más tarde fue priorato benedictino dependiente del monasterio de Celanova y hospedería de peregrinos que transitando la Ruta de la Plata, seguían el río Esla hasta Benavente y Astorga.
En 1930 se trasladó hasta el lugar en donde se asienta en la actualidad, en la aldea de Campillo, alejada dos o tres kilómetros de las aguas del embalse de Ricobayo. Para salvarla y que no quedase bajo las aguas, se desmontó piedra a piedra y se encontraron varias estelas funerarias romanas, reutilizadas como sillares, procedentes de los muchos asentamientos romanos que existen en la vertiente del río Esla.
Para aproximarse a su asentamiento actual, hay que partir de la ciudad de Zamora hacia Occidente, siguiendo la carretera que desde Zamora nos lleva a Alcañices y a Portugal. A unos ocho o diez kilómetros nos desviamos hacia la derecha, por una carretera secundaria que nos lleva al pueblo y a la iglesia, que se levanta en lo alto de la población. En la actualidad es el monumento más visitado de la provincia.
Las iglesias paleocristianas presentan planta basilical o en forma de cruz griega, se van a refundir en la península Ibérica con el arte visigodo, y en Oriente con el arte bizantino de la edad de oro Justiniana. De ahí que las iglesias visigodas presentan las mismas plantas, ya que la influencia paleocristiana en todas ellas va a ser muy notoria.
En el Imperio bizantino, las iglesias van pasando a finales de la dinastía justiniana, de presentar planta basilical a planta en forma de cruz griega, a principios de la dinastía macedónica. Entre una dinastía y la otra existió un periodo de transición, en los siglos VIII y IX. Esa sería más o menos la fecha en que se construyó esta iglesia, ya que algunos autores quieren observar en su estructura planta basilical en forma de cruz latina. A sus tres naves se le añadirían dos pórticos en función de transepto, una cabecera cuadrangular prolongación de la nave central y como además presenta una celda a cada lado del presbiterio, prolongación de las naves laterales; quedaría así configurada más o menos una cruz latina.
En la practica y teniendo en cuenta la situación del crucero, se construiría siguiendo las normas de las iglesias con planta en forma de cruz griega,  con tres naves basilicales componiendo el brazo occidental más largo que los otros tres, inscrita en un rectángulo, del que sobresalen la cabecera rectangular o cuadrangular de tradición paleocristiana y dos pórticos cerrados en los extremos del crucero, en los lados septentrional y meridional de tradición bizantina, prolongación de las naves laterales y dos celdas cerradas al exterior, comunicando con el interior con el tramo previo; quedando así configurada una iglesia de planta de cruz griega al estilo de las bizantinas, incluyendo en la cruz una planta basilical de tres naves.
Los accesos se sitúan en los hastiales de los brazos occidental, meridional y septentrional, que se tomó como modelo en las iglesias pre-románicas y en las románicas. La puerta más artística es la del lado norte, aunque en la actualidad se usa para entrar en su interior la occidental reconstruida.
El EXTERIOR es muy sencillo como todas las iglesias visigodas, está construida con buena sillería labrada y ajustados unos sillares sobre otros sin argamasa intermedia.
Las portadas de los hastiales norte y sur, están construidas con buena sillería, se componen de arcos de herradura apoyados en jambas, por medio de impostas decoradas con cruces, algunas inscritas en círculos sogueados. La puerta del hastial occidental está reconstruida.
De los ventanales que iluminan el interior, destacan los de los pórticos ajimezados, con arcos de herradura construidos en sillares de una sola pieza, apoyados en ajimeces prismáticos con basas y capiteles decorados con figuras geométricas. Los de la cabecera son de medio punto; los de las celdas dinteladas y los de las naves aspillerados. Sobre la puerta occidental se abre un ventanal con arco de medio punto, para la iluminación de la parte alta de la nave central, reconstruida.
El cimborrio reconstruido presenta planta cuadrada con un ventanal reconstruido en cada una de sus cuatro lados; se remata con un tejado cuadrangular.
La nave central se remata arriba con una cornisa sobre canecillos prismáticos.
INTERIOR.- Aquí es en donde radica su valor artístico. La cabecera se cubre con bóveda de cañón. La iluminación la recibe por ventanales con arcos de medio punto decorados con figuras geométricas, abiertos en sus muros.
El presbiterio se cubre con bóveda de cañón peraltado, que arranca de una imposta corrida decorada con figuras geométricas originales. La iluminación la recibe a través de un ventanal situado en cada uno de sus muros. En los muros laterales se abren sendas puerta, que comunican con las celdas laterales, prolongación de las naves laterales más allá del crucero.
Del presbiterio se accede a la capilla mayor, por medio de un gran arco de triunfo de herradura apoyado en columnas coronadas con capiteles decorados con figuras geométricas al estilo bizantino. Sobre los capiteles corre una ancha cenefa esculpida que se extiende por los muros de la capilla mayor y por los del crucero. Sobre el gran arco se abre un ventanal con arco de medio punto, comunicando con una cámara situada sobre la cabecera mayor, que en un principio hizo que la iglesia fuese catalogada como pre-románica asturiana, por ser frecuente en aquellas iglesias, cuya función se ha discutido mucho, hasta llegar a la conclusión actual, que se acepta como una simple solución contractiva, en relación con la planta y la estética del monumento.
El crucero se cubre con una linterna de ladrillo, sobre una planta cuadrada con un ventanal en cada uno de sus lados para la iluminación de esta parte central del edificio. De factura moderna sustituyó a la cúpula original. Se levanta sobre los arcos torales, unos embebidos en los otros, apoyados en pilares los más orientales y en columnas los occidentales adosados  a los muros de la nave central, que portan basas y capiteles coronados con cimacios, todo decorados con figuras, aves y motivos vegetales de tipo paleocristiano.
Los brazos septentrional y meridional se cubren con bóvedas de cañón, que arrancan también de cenefas decoradas. Anteriormente comunicaban con las celdas, hoy en día solo comunican con las naves laterales por medio de arcos de herradura geminados y coronados hacia las naves con impostas ricamente ornamentadas.
Las naves se cubren con armadura de madera, están deslindadas por tres arcos de herradura, algunos de ellos en la actualidad están cegados.
Lo más interesante de la iglesia radica en la escultura que decora su interior, plasmada en los capiteles que coronan a las columnas, en los frisos que ornamentan sus muros; algún capitel con figuras humanas, adelantándose tres siglos al capitel figurado románico. Única iglesia visigoda que presenta esta clase de escultura, antes de que llegase a la Península el primer románico en el siglo XI.
En la cabecera, en el presbiterio y en los frisos que decoran sus muros, se aprecia una escultura de la última etapa visigoda de influencia indígena y romana que arranca de la época ostrogoda italiana, con alguna que otra figura ruda con jinetes y geométrica, muy sencilla en los ventanales de la cabecera y más compleja en el resto en el resto, en donde predominan las ruedas, cruces, rosetas, racimos, estrellas, turbinas y discos vegetales.
Los capiteles del arco de triunfo tronco-piramidales su decoración está impregnada de fuertes influencias bizantinas, con figuras geométricas en los frentes y hélices y rosetas en los costados. Las impostas que se prolongan por los muros de la cabecera y crucero de decoran con tallos de los que brotan hojas. Esta escultura pertenece a una primera fase decorativa de la iglesia, obra de un artista que conocía muy bien el arte visigodo, copiado de estelas romanas y de miniaturas visigodas de influencia italiana del siglo VII.
Otro escultor de técnica más depurada, esculpió los cuatro capiteles del crucero y los cimacios que los coronan, así como las basas de las columnas y los frisos de los que arrancan las bóvedas del presbiterio y del crucero, más las cenefas del intradós de los arcos geminados que separan las naves laterales de los pórticos.
En la técnica de este segundo autor, se aprecia una fuerte influencia bizantina de la época justiniana, consiguiendo un efecto de claroscuro mediante el trépano y el cincel, que con una muy variada iconografía, creó una bellísima obra escultórica, única en el arte visigodo; combinando las figuras que aparecen por primera vez en una iglesia visigoda con animales y motivos vegetales. La forma tanto de los capiteles como de los cimacios, son de estilo bizantino, tronco piramidales invertidos, los cimacios muy altos para permitir esculpir en sus caras tallos ondulantes inscribiendo animales y máscaras. Las basas de las columnas son también de influencia bizantina y se decoran con motivos vegetales.
Los frisos y cenefas presentan una decoración muy similar con gruesos tallos ondulantes con hojas, racimos, aves aisladas y afrontadas, máscaras humanas y un Agnus Dei.
El relieve del capitel nordeste en su cara se representa a DANIEL EN EL FOSO DE LOS LEONES, de influencia paleocristiana, con Daniel orante y los leones bebiendo en una pila. En los costados aparecen las figuras de los discípulos de Cristo: Tomás y Felipe En los ángulos se sitúan hojas terminadas en volutas entre las que se ubican racimos y bustos.
En el cimacio que lo corona una inscripción haciendo alusión al tema del capitel.
En el relieve del capitel suroeste, se escenifica el SACRIFICIO DE ISAAC, también de influencia paleocristiana, con Abrahán con el cuchillo con el cuchillo en la mano, el cordero entre las zarzas y la mano de Dios impidiendo el sacrificio. En los costados San Pedro, sin las llaves y San Pablo.
En el cimacio la inscripción haciendo alusión al tema del capitel, mientras que en los ángulos se sitúan volutas y racimos.
En el capitel noroeste, aparecen aves afrontadas picoteando una cepa con racimos, situada en medio de las aves.
En el capitel suroeste, aparecen esculpidas dos aves opuestas pero con las cabezas enfrentadas, picoteando racimos.


E
RMITA DE QUINTANILLA DE LAS VIÑAS.- Siguiendo la carretera que desde Soria nos conduce a Burgos, al norte de Covarrubias, cerca de la población de Quintanilla de las Viñas, entre este pequeño pueblo y el de Lara de los Infantes, asientan los restos de la antigua ERMITA DE SANTA MARIA: la cabecera de planta rectangular y la nave transversal, comunicadas a través de un gran arco de herradura, además de restos repartidos por el suelo: arcos y bóvedas de su antigua fábrica.



Iniciada a finales del siglo VII, por las excavaciones llevadas a cabo y por los restos repartidos por su entorno, presentaría planta de cruz griega, con un brazo más largo de tres naves de planta basilical, deslindadas por arcos de herradura, se cubriría la central con bóvedas de cañón y las laterales con bóvedas de arista, son simples suposiciones ya que no existen datos que nos lo atestigüen.
Interiormente el acceso a la cabecera se realiza por medio de un gran arco de herradura, apoyado a través de dos gruesas zapatas (probablemente reutilizadas) en columnas que portan gruesos capiteles, esculpidos similares a los de la iglesia de San Pedro de la Nave; con la que presenta ciertas similitudes, tanto cronológicamente como por su estructura en general. Ambas siguiendo los modelos de las iglesias paleocristianas y bizantinas. Sobre los capiteles aparecen inscripciones, que hacen alusión a la ofrenda de la iglesia al Salvador por la pequeña Flamola.
 Del interior destaca la decoración plasmada en las dovelas del arco de triunfo, en un sillar que lo corona y en los capiteles de las columnas.
Los sillares sueltos esculpidos, pudieron formar parte de un arco decorado que comunicaba el crucero con la nave central. La importancia de la escultura presente en esta ermita, radica en que se trata de de escultura figurada, de tradición paleocristiana y bizantina, adelantándose tres siglos como en la iglesia de San Pedro de la Nave, a la escultura románica figurada presente en los primitivos edificios hispanos.
En el sillar situado sobre el arco de triunfo se esculpe con la figura de Cristo, en actitud de bendecir.
 Dos sillares sueltos aparecen esculpidos con figuras humanas; para algunos autores se trataría de evangelistas, que originalmente estarían situados sobre el arco de triunfo, a ambos lados de Cristo componiendo un desaparecido Tetramorfos. Para otros autores, basándose en los que aparecen en la iglesia de San Pedro de la Nave, se trataría de apóstoles, por llevar libros en las manos como San Pablo. Esta última teoría es la más aceptada.
Otros sillares sueltos están labrados con las figuras del Salvador y de la Virgen, llevados hacia el cielo por ángeles. Se trataría de capiteles labrados que coronarían alguna columna de las desaparecidas naves.
Los capiteles que coronan a las columnas del arco de triunfo, están ornamentadas, uno con el sol, inscrito en un círculo sujeto por ángeles y el otro con la luna, con su superficie muy erosionada. En el que aparece el sol, lo corona una inscripción haciendo alusión a la ofrenda de la iglesia al Salvador, con letras visigodas muy toscas del siglo VII.

Exteriormente está construida con muy buenos sillares, como era la norma en el arte visigodo. Tres frisos escultóricos de bellísima escultura decoran los muros del testero de la cabecera y dos los hastiales del crucero. En uno de los sillares del friso bajo del testero aparece esculpida una concha o venera, lo que nos indica que fue tallado posteriormente al año 313-318, fecha en que se  descubre el Sepulcro del Apóstol en Compostela y se inician las peregrinaciones hacia Galicia.
Si el sillar es el original, sería de suma importancia, en primer lugar, sabemos que a mediados del siglo IX, se hace con el poder en Constantinopla la dinastía macedónica, iniciándose las iglesias en el Imperio bizantino en forma de cruz griega, indicándonos la gran influencia que ejercieron sobre el arte visigodo hispano; y en segundo lugar, nos atestiguaría que se siguieron construyendo iglesias visigodas, con la presencia árabe en la Península.
En general la decoración de los frisos es similar a la de los frisos de la iglesia de San Pedro de la Nave, obra del segundo maestro que trabajó en allí y luego aquí.
Generalmente se compone de racimos inscritos en círculos, rosetas etc. En el friso alto los círculos sogueados inscriben cuadrúpedos, aves, motivos vegetales, anagramas y símbolos.
Dos de los círculos del testero de la cabecera trenzados, inscriben caballos, uno alado, siguiendo los modelos del arte sasánida oriental, entremezclados con los que inscriben cruces, estrellas, turbinas etc. Siguiendo la influencia indígena ibérica y bizantina.
En esta ermita lo mismo que en la iglesia de San Pedro de la Nave, se aprecian fuertes influencias paleocristianas de Oriente Medio sobre todo de Siria y de Asia Menor. La forma de tratar los temas en los frisos lleva sello bizantino. Podemos decir que se entremezclan elementos decorativos de influencia indígena ibérica, como las cruces, las estrellas y la roseta, con otros de influencia bizantina y oriental cristiana.
Más difícil de interpretar son la presencia del sol y la luna en su decoración, los  portan ángeles porque en la religión de algunas civilizaciones antiguas, eran considerados como dioses y debían de ocupar un lugar preferente en el templo. Debieron de ser aprovechados y reutilizados de templos paganos. Ahora bien, en la antigüedad no existían ángeles; tal vez fueron retocados por los cristianos, sustituyendo a esclavos por ángeles, simbolizando el triunfo del cristianismo sobre el paganismo romano.


C
RIPTA DE SAN ANTOLIN DE LA CATEDRAL DE PALENCIA.- Único resto que nos queda del antiguo templo sobre el que se levantó la catedral gótica de Palencia, se le conoce también con el nombre de CUEVA DE SAN ANTOLIN, se sitúa bajo el coro de la catedral, accediendo a su interior desde el trascoro por una escalinata descendiente.
La CRIPTA tal como la vemos hoy en día, consta de dos partes bien diferenciadas; la parte más oriental es una construcción visigoda de la segunda mitad del siglo VII, mandada edificar por el rey visigodo Wamba (672-680), con el objeto de que reposasen en ella los restos del mártir francés de Pamiers, San Antolin, que trajo consigo desde Narbona hasta este lugar, el monarca al ser cornado rey el año 672. A esta parte visigoda se la conoce con el nombre de BASÍLICA DE WAMBA, de reducido tamaño y muy estrecha con solo tres metros de ancho. Consta de tres muy cortos tramos de diferente anchura separados por arcadas y al fondo un testero que es en donde se encuentra lo más importante de la basílica, está cerrado en plano, anteriormente darían paso a un confesio, hoy oculto por los cimientos planos.
Ante el testero se levantan tres arcos de herradura, apoyados en ménsulas y en dos columnas con fuste cilíndrico y de factura muy tosca con basas y capiteles coronados con rudos y gruesos ábacos decorados con motivos vegetales, y mejor conservados que los capiteles que están muy deteriorados.

Los tramos se cubren siguiendo la tradición paleocristiana de Siria: tendiendo piedras de un costado a otro componiendo un techo plano.
La BASÍLICA DE WAMBA así construida en estilo visigodo, quedó arruinada tras la invasión islámica el año 711.
Reconquistada Palencia a principios del siglo XI por el monarca navarro Sancho el Mayor, restaura la diócesis y edifica una nave románica antepuesta a la construcción visigoda, aprovechando la basílica visigoda que la reutiliza como cabecera y a continuación hacia Occidente levantó la nave románica, quedando así constituida una iglesia completa.



I
mportantes son los restos visigodos que se conservan en la actual IGLESIA DE SAN ROMÁN DE LA HORNIJA (Valladolid). La iglesia visigoda mandada edificar por el monarca CHINDASVINTO (642-653), por los restos que se conservan tuvo que ser muy significativa.
Está situada en la orilla derecha del río Duero a unos diez kilómetros hacia Oriente de la población de Toro (Zamora).  La iglesia actual está totalmente reconstruida, sin elemento visigodo alguno en su estructura. Los restos visigodos los podemos contemplar en una capilla interior habilitada como Museo visigodo.
En el museo entre otras piezas podemos observar dos bellísimos capiteles de tipo corintio, situados sobre dos fustes reconstruidos. Los originales están sosteniendo un alero, de un edificio moderno adosado al costado sur del templo. En ese mismo edificio, reutilizadas quedan cinco columnas, dos de fuste grueso de mármol que bien podían ser, las que sostuviesen en la iglesia visigoda a esos dos capiteles situados en el Museo. Tres más delgadas monolíticas, dos sosteniendo capiteles de tipo corintio y una invertida con su basa en función de capitel.
En el interior del Museo se pueden contemplar, impostas, basas, fragmentos de capiteles y de cimacios, así como el SARCÓFAGO del monarca Chindasvinto, que fue sepultado en esta iglesia junto a su esposa. Los restos óseos del monarca están depositados en una vitrina incrustada en el muro sur de la Sala-Museo.
En la provincia de Cuenca al sur de la población de Saélices, están las ruinas romanas de la antigua ciudad romana de Segóbriga, dentro de su perímetro se descubrieron los restos de una iglesia, que en un principio se pensaba que se trataba de una basílica paleocristiana, hoy en día mejor estudiados, nadie duda de que dichos restos corresponden a una  desaparecida iglesia visigoda, que presentaría planta basilical de tres naves y otra trasversal en función de crucero, simulando más o menos la planta que presenta la basílica de San Juan de Baños. Con la cabecera ovoidea con su contorno de herradura tanto al exterior como por el interior.
 En la provincia de Guadalajara, en la población de Zorita de los Canes, la antigua RECOPOLIS, que de origen paleocristiano, fue reedificada por el monarca visigodo Leovigildo y denominada así en honor a su hijo Recaredo. En las excavaciones llevadas a cabo en el Cerro de la Oliva, aparecieron los cimientos de una iglesia visigoda de tres naves, un cancel y otros restos.
En Santa Cruz de la Sierra, en la comunidad extremeña, en el interior de su iglesia, el púlpito está sostenido por una pilastra visigoda.
En Calzada de Calatrava, provincia de  Ciudad Real, se encuentran las ruinas visigodas de Oreto, en fase de excavación, no está documentado lo hallado.
En la provincia de Soria, en el pueblecito conocido con el nombre de Pedro, situado al sur de Montejo de Tiermes, existe una sencilla ermita, dedicada a Santa Maria del Val, que por su estructura puede que se sea, visigoda de mediados del siglo VII; presenta una nave con su correspondiente cabecera rectangular rematada arriba con una cornisa sobre modillones de rollos y figuras geométricas.
La portada que se abría en el muro occidental, hoy en día está cegada, presenta decoración a base de estrellas hexagonales, similares a las que aparecen en las iglesias visigodas conservadas.
La puerta que se usa hoy en día para acceder a su interior, se sitúa bajo un pórtico y es de factura románica, reutilizando dos piezas en las jambas de factura visigoda, decoradas con círculos tangentes con una roseta de seis pétalos en el centro de cada uno.
Importantes son los restos visigodos conservados en Córdoba, en el palacio provincial se descubrió una basílica visigoda dedicada a Santa Eulalia.
En la mezquita de Córdoba se conserva una pila bautismal visigoda.
En Alcaraceños, provincia de Córdoba, en un cerro cercano conocido con el nombre del Cerro de Germo, se descubrieron en l913 las ruinas de un templo visigodo de tres naves, fechado de finales del siglo VI.
De los primeros que se en este estilo en la Península; como la capital y provincia de Córdoba, fueron conquistadas a los Imperiales por Leovigildo (572-586), es probable que el templo se levantase para conmemorar alguna batalla de esta monarca contra los bizantinos, que se habían establecido en la Bética, al acudir a ayudar al Noble Atanagildo contra el rey Agila.
 La iglesia de Santa Eulalia de Merida, iniciada en el siglo IV (en las excavaciones realizadas bajo la iglesia actual, están los cimientos de la iglesia paleocristiana), fue reconstruida en el siglo VI por los visigodos.
De esta remodelación se conservan hoy en día en la iglesia actual del siglo XIII, los muros, la puerta meridional, los arcos de las capillas absidales de herradura, los ábsides laterales cuadrados al exterior y semicirculares al interior. Y numerosos capiteles.
En la comunidad catalana hay que hacer mención de los cimientos que se hallaron en las excavaciones llevadas a cabo en el claustro del monasterio de San Cugat del Vallés, de una pequeña basílica visigoda, construida probablemente sobre otra iglesia paleocristiana, presentaba planta basilical ce una nave rectangular con un nartex a los pies y un ábside de herradura al interior y poligonal al exterior.
Similar a esta basílica se hallaron los restos de otra basílica en la provincia de  Gerona, ya cerca de los Pirineos, asentada en la antigua ciudad visigoda de Logdunun Convenaron, que también presentaba planta basilical de una nave y cabecera poligonal al exterior, se data del siglo VI. La basílica fue destruida cuando los monarcas francos destruyeron la ciudad.

Esta serían las dos únicas basílicas que presentaban la cabecera con planta poligonal en toda la arquitectura visigoda, siguiendo sus modelos se construiría en el siglo IX, en estilo neovisigodo la iglesias de San Miguel de Tarrasa.
 En Rosas en la provincia de Gerona se conserva el Castillo visigodo de Bufalaranya, seguramente fuese el antiguo de Pinna Migra, del que se conservan grandes paramentos de aparejo de ladrillo, que también aparece en la torre del homenaje

En Serós provincia de Lleida en una alta terraza sobre el río Segre, se halla el  yacimiento de Bovalar, en donde se ha descubierto una basílica paleocristiana, una necrópolis, un baptisterio y abundantes utensilios visigodos, hoy en día lo hallado está en el Museo Arqueológico de Lleida.
En Arbós en la provincia de Tarragona, en las cercanías de Vendré podemos contemplar una PILA BAUTISMAL visigoda en el interior de la Iglesia de San Jaime de Domenys.


R
ESTOS VISIGODOS CONSERVADOS EN TOLEDO Y SU PROVINCIA.- A pesar de que Toledo fue la capital del REINO VISIGODO desde el monarca Atanagildo, en la actualidad no se conserva ninguna iglesia visigoda en la capital, nos quedan restos en la iglesia de San Pedro de la Mata situada en Casalgordo, algún que otro resto en la iglesia mozárabe de Santa Maria de Melque, situada en el término de San Martín de Montalbán y elementos sueltos en alguna iglesia de Toledo incluidos en la estructura de edificios mudéjares, construidos por mozárabes, empleando el ladrillo en su construcción configurando el conjunto arquitectónico conocido aquí en Toledo como ETAPA INICIAL MUDÉJAR TOLEDANA, anterior al mudéjar románico toledano.
Esta etapa inicial toledana, está compuesta por las construcciones toledanas  de las comunidades mozárabes, que habían vivido allí gozando de ciertos privilegios bajo la denominación musulmana. Por esta circunstancia muchos autores las consideran mozárabes como las iglesias de Bobastro y Melque. Por su planta y estructura y por el material empleado en su factura, tenemos que hablar de mudéjar anterior al románico toledano, que va a iniciarse siguiendo las normas que ya se empleaban en Sahún.
En esta etapa inicial toledana, nos vamos a encontrar  con unas iglesias que de origen visigodo, como la de San Sebastián, San Lucas, San Román y Santa Eulalia; fundadas por los visigodos antes de la conquista de la ciudad por los musulmanes, las van a reconstruir los mozárabes, que conviven en Toledo bajo la dominación musulmana con ciertos privilegios, ya que se le permite construir iglesias cristianas, pero adaptándolas a las formas constructivas musulmanas, empleando el ladrillo, la mampostería encintada y el arco de herradura califal. Aprovechando los fustes y capiteles visigodos
De influencia toledana tenemos la iglesia de Santa Maria de Melque, situada en las cercanías de San Martín de Montalbán, su origen se remonta al siglo VII ya que en un principio fue convento visigodo y posteriormente reconstruida en estilo mozárabe en los siglos IX y X, con planta en forma de cruz griega y cabecera rectangular, siguiendo las pautas visigodas.
Las iglesias mencionadas construidas al estilo visigodo, presentan gran influencia visigoda con sus cabeceras rectangulares con testero recto y reutilizan elementos visigodos como columnas de mármol monolíticas coronadas con capiteles de tipo corintio.
En la iglesia de San Sebastián, reutiliza las columnas que emplean para sostener los arcos de herradura musulmanes de ladrillo que deslindan las naves, coronadas con capiteles visigodos y romanos.
En la iglesia de Santa Eulalia, reutiliza columnas monolíticas y dobles sobre las que se apean los arcos de herradura musulmanes.
En la iglesia de San Román es en la que más restos se aprovechan, además de reutilizar columnas romanas sosteniendo a los arcos de herradura califales enmarcados en alfiz, deslindando a las naves, aprovecha y reutiliza capiteles coronando a las columnas, uno de ellos es bizantino, cinco de estilo visigodo y seis mozárabes.
En su interior se ha instalado el MUSEO DE LOS CONCILIOS Y DE LA CULTURA VISIGODA, en donde se han depositados restos visigodos y romanos de las iglesias visigodas y de los asentamientos romanos, localizados no solo en la provincia de Toledo sino que también en la de Guadalajara.
Entre los restos visigodos están fragmentos de columnas con fuste de mármol, pilastras, capiteles de tipo corintio, cimacios decorados con cruces y rosetas, fragmentos de canceles y lápidas de sarcófagos con inscripciones.
En Casalgordo al sur de Sonseca y al oeste de Orgaz, se hallan las ruinas de San Pedro de la Mata, que presentaba planta en forma de cruz griega con los brazos de igual longitud. Hoy en día no queda de más que los muros bajos.



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A ESCULTURA VISIGODA.- Mucha de la escultura ya fue mencionada al describir las iglesias que la cobijan, nos limitaremos a describir los sarcófagos, canceles y las artes menores que se conservan en la Península. En estos elementos es en donde se mezclan los temas y la técnica de las diversas influencias recibidas, en alguno las influencias son helenísticas.
 En el Museo de Córdoba está el conocido SARCÓFAGO DE CÓRDOBA, labrado en mármol gris, representa a una cacería de ciervos a caballo. No se conoce a ciencia cierta su cronología, teniendo en cuenta que los maestros que labraron los del Museo de Burgos, lo tomaron como modelo, es muy probable que se sea del siglo V o del VI.
En el Museo de Burgos se conservan dos sarcófagos y la tapa de un tercero, que proceden de Briviesca, de Poza de la Sal y de Cameno respectivamente. En mal estado de conservación, solo en el de Briviesca labrado en piedra se puede observar que se ornamenta con escenas bíblicas del Antiguo Testamento.
De indudable valor es el SARCÓFAGO DE ECIJA, de influencia bizantina y cristiana, fue tallado en el siglo VII en piedra caliza y en sus caras se representan tres escenas bíblicas: Daniel en el foso de los leones, El Buen Pastor y el Sacrificio de Isaac.

En la catedral de Oviedo, se conserva la cubierta de un sarcófago de un niño llama  do Ithacio, de ahí que se le conozca con el nombre de LA TAPA DEL SEPULCRO DE Ithacio, tallado en el siglo VI o tal vez en el VII, pues se trata de una obra preciosista dentro del arte visigodo.
El canto está decorado con un Crismón inscrito en una corona sogueada, sobre una columna con vasos de los que salen ramas de vid en forma ondulante y al lado aves bebiendo. La parte superior de la tapa dividida en tres fajas, entre cenefas sogueadas de clara influencia europea. Las dos laterales se componen de frisos de tallos ondulantes terminados en hojas que se inscriben en círculos formados por los tallos. Un friso es un poco más ancho que el otro y entre ambos aparece la inscripción, haciendo alusión a que dentro del sarcófago está el cuerpo del joven en eterno descanso.
 De gran valor artístico y de belleza insuperable dentro del estilo, está el CANCEL DE LA ERMITA DE RAMIRENSE DE SANTA CRISTINA, situado dentro de esta ermita en la población asturiana de Pola de Lena. Aprovechado en esta ermita de algún edificio visigodo, tallado en mármol en el siglo VII. Se compone de tres piezas. La central un poco más alta que las laterales, está esculpida con cuatro círculos inscribiendo cruces y rosetas entremezcladas, y en la parte alta un trozo de una inscripción. Las laterales más o menos iguales presenta el campo dividido en dos fajas verticales por medio de molduras sogueadas. En una faja alternan rosetas con cruces tipo malta y la otra está ocupada con tallos ondulantes con los espacios ocupados por racimos.
Importante es también el friso procedente de la localidad de Puebla de la Reina, en la provincia de Badajoz, esculpido en mármol en el siglo VII. Se adorna con cruces dentro de círculos sogueados y figuras geométricas compuestas de ocho triángulos con sus extremos retorcidos formando círculos.
  De la pintura visigoda, se conserva en la Biblioteca Nacional de Paris, un ejemplar de lo que fue la pintura visigoda del siglo VII. Se trata de un Códice conocido con el nombre de PENTATEUCO DE ASHBURNHAM, se compone de diecinueve folios miniados (pintados con minio). El primero representa un pórtico con arco de medio punto con cortinas levantadas y unos pavos reales en las enjutas del arco. Los restantes contienen más de ochenta escenas repartidas, abarcando cada una un ciclo completo desde la creación hasta la muerte de Moisés.
El origen de este Códice fue objeto de grandes controversias y discusiones, hasta que los autores Berger y Neuss lo estudiaron a fondo, llegando a la conclusión, de que se trataba de un Códice hispano-visigodo, por lo parecido que presentaba con la Biblia de San Isidoro de León y con el Beatus de Liébana y con la Biblia de San Pedro de Cardeña.
En relación a las artes menores trabajaron el vidrio y la cerámica. En las necrópolis de Tiermes y Tañine, en la provincia de Soria se han encontrado vasos y restos de otras manifestaciones artísticas construidas con barro cocido y que pertenecen a la última etapa de la denominada TERRA SIGILATA, decorada de forma similar a la encontrada en Ampurias con ciervos, palmetas y algún que otro animal como ciervos.
Decoradas con las mismas figuras, están las baldosas que componían el pavimento de la basílica de Burguillos, en la provincia de Badajoz.
Construida con vidrio, está la famosa PATENA encontrada en Beas del Segura, en la provincia de Jaén en 1022, es de color azul y está ornamentada con un pez simbolizando a Cristo-Dios.
Los visigodos dominaron el arte del metal sobre todo la orfebrería, ya de tradición de su lugar de origen, prueba de ello nos l  o demuestra el TESORO DE GUARRAZAR, hallado a diez kilómetros de Toledo; compuesto de nueve coronas o lámparas circulares, conservadas hoy en día en el Museo Arqueológico Nacional.
Las lámparas circulares son de tradición paleocristiana, se colocaban en las pérgolas y ciborios (baldaquino que coronaba el altar) de los primeros edificios cristianos, que acotaban el presbiterio y coronaban el altar. La tradición arranca con el primer emperador cristiano Constantino, que donó a la iglesia alguna de sus coronas, cumpliendo alguna promesa de muchas de sus victorias. En las iglesias se le añadía a su estructura, lámparas colgando de la corona, para iluminar esta zona de la iglesia. De ahí parte el origen de estas lámparas circulares. La tradición la siguieron los visigodos al convertirse al cristianismo, ya que Recaredo donó su corona a San Félix.
El mismo origen debió de tener las encontradas en Guarrazar, de las que destaca la de Recesvinto, tallada en oro con piedras preciosas.

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